martes, diciembre 27, 2005

Ensayo de un juego

... y al tiempo yo era la mas entusiasta porque era mi juego y su último recurso, pero yo no reparaba, yo siempre cerré los ojos ante toda realidad gris. Bastaba con establecer las reglas en mi mundo y moverme según ellas y de esa forma todo era de colores.Y después ya no eramos tan pobres y empezamos a inventar juegos nuevos. Se delimitaba primero la zona, desde Mataojos y Avenida Italia hasta 3 cruces, ponele, y había que inspeccionar los polvorones de chocolate de todas las panaderías y elegir el mejor polvorón. Se evitaban los lunes porque los lunes son horribles hasta para eso, no hay panaderías ni polvorones. Siempre nos tentaba algún ojito y para cuando llegábamos a 3 Cruces ya eramos pobres de nuevo y nos dolía la panza y teníamos una sed espantosa...

sábado, noviembre 05, 2005

No Hopes | Julio Cortázar

La esperanza, esa puta vestida de verde.

martes, noviembre 01, 2005

X

Cuando la casualidad se hace costumbre, ¿se empieza a creer en el destino?

viernes, agosto 12, 2005

Malcontenta

Marrast se le acercó, hizo un gesto vago que terminó en una caricia en su pelo.
-¿Qué podemos hacer querida? Yo, al menos, todavía caigo en la tontería de pensar que quizá mañana será diferente. Que despertaremos de otra manera, que llegaremos a tiempo a cualquier parte. ¿Te dije que soñé con Hélène, verdad? No sé, había mas verdad en ese sueño que en toda esta tarde.
-Ya lo sé, Mar- dijo Nicole como desde lejos.
- Y fíjate, precisamente cuando salía de ese sueño vi todo tan claramente; ese nadar entre dos aguas, cuando se siente la verdad aquí, en pleno estómago, esa verdad que después nos negamos con los ojos abiertos. Te puse un nombre en ese momento, un nombre que te va tan bien y que es tan verdadero: la malcontenta.
Al principio Nicole me había mirado como si no comprendiera, repitió la palabra dibujandola con los labios mas que con la voz, hizo un gesto evasivo, alejando una sombra; sentí como si al darle ese nombre la hubiera azotado levemente con una rama mojada.
- La malcontenta - repitió Nicole - ...

J. Cortazar. 62 / Modelo para armar.

martes, mayo 17, 2005

Limonada | Sofi Richero


"porque cuando niña habian las tardes de sol ladeando al mundo de dorado, y habia fé descubria que mi pelo podía tener hebras y que las hebras se relacionaban con el sol y con el perfume de la pinocha, y entonces hacía unas cartas para dios en papel de estraza, yo era la que las doblaba prolijamente para luego enterrarlas en la arena, mientras sonaban los bichos feos y mi cuerpo digeria una suma intimidad yo me ponia en cuclillas y enterraba, en sacro silencio solo interrumpido por los bichos feos enterraba en la arena, y si me encontrabas a esa hora cerca del ciprés,y si había tomado sol y la piel estaba erizada y los ojos que se humedecían un poco como si supiera todo sobre el mundo y como si la belleza fuera mia y capaz te doy algo"

Sofi Richero. Limonada

domingo, mayo 15, 2005

Las Aventuras de Alex

Alex es mi oveja. Ella me eligió a mi. Aplicamos un poco aquello del Principito "...si me domesticas..., sentiremos necesidad uno del otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo..." Me enseñó que hay que abrir bien grande los ojos para ver y aprender. O para aprender a ver.




Alex extraña el batido de guanábana.

domingo, mayo 08, 2005

Poliedro

Amo las coincidencias, cuando todo en la vida parece conectarse en forma mágica. Me intriga saber que mientras yo aprendía a ser feliz, otro aprendía a ser desdichado. Como ese otro y yo puede que nos encontremos despues, cuando el tiempo sea exacto. Porqué hoy, y no ayer o mañana. Cómo esta tejido el hilo. Quién hubiese sido yo si en vez de doblar a la derecha hubiese doblado a la izquierda. Por qué no puedo tener todas las vidas que sueño. Por que me cuesta tanto enamorarme. Me asusta el placer de intuir que alguien que me paró hoy por la calle para pedirme la hora pueda llegar a jugar un papel muy importante en mi vida. O que alguien que es muy importante en mi vida estuvo donde yo estuve, sin que nos diéramos cuenta. Me deleita la idea de no saber qué nos va a traer un nuevo día, que cada llamada puede ser una buena noticia, que al abrir el buzón puede haber una carta para mí. Mi destino puede estar a la vuelta de la esquina, solo tengo que cruzar la calle.