El elegido | Thomas Mann
Pero aunque vivieron muchos años, también ellos amarillearon como el follaje del verano y abonaron la tierra sobre la que otros mortales caminaron, reverdecieron y amarillearon. El mundo es finito y sólo la gloria de Dios es eterna.
4 comentarios:
demasiado panteista, yo, para aceptar esas dicotomias. pero, a su vez, es perfectamente cierto, como todo.
el mundo es finito, entonces ahí me quedó en lo que alimente a las otras.
no creo en dios, aunque a veces pienso "ojala existiera"
ahh pera, ésto, hoy me sorprendió el sol de tu banner, fue cálido.
(tenía que decirlo)
pero mire lord que es un cielo bien pradense
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