breve pero envidiable historia de una hoja de papel verde viajera
En 2004 viajó apretada en una gran valija, desde San José de Costa Rica hasta Montevideo, sin perderse ni distraerse por el camino. Durmió en el tercer cajón derecho del escritorio durante algunos años. La acompañaban témperas, acuarelas, pinceles, lápices de colores, cola de carpintero, hilo rústico, cartones y cartulinas, cajitas varias. En febrero de este año se la llevaron al campo, dónde se transformó en una hermosa grulla. Desde esa fecha se movió por la ciudad apresada en el portadocumentos de ele. En abril, Germán hizo muchas grullas que parecían patitos, así que a ele se le partió el corazón y una noche fresca le regaló su grulla. Para que le diera buena suerte. En mayo, Germán y la grulla se fueron a Río de Janeiro y se sacaron una foto en Corcovado. Después volvieron. Contentos.
9 comentarios:
...el cargar de vínculos, historia, emotividad, darles alma y sentido a objetos no animados y materiales, es algo muy de humano...
que linda foto
va a salir volando
el mérito es de germán :)
Uy! Y apareció la homenajeada después de tanto anuncio y estrategia de marketing!
Mi idea era que el corcovado saliera atrás, pero por limitaciones técnicas me fue imposible. Yo estaba en el Pão de Açúcar ahi.
La grulla sigue entre mis cosas, hoy la estuve mirando un poco en el bondi camino a casa. Pah, que buen regalo.
Merci!
ya era hora que dejaras alguna marca de agua
:p
Uuuuh.. la grulla que viajó en bondinho por el Pão de Açúcar y que se coló en un set de filmación!
Yo me perdí de ese acuerdo tácito entre ustedes, jugado a mis espaldas en un claro gesto de conspiración y me enteré allí, a más de 400 metros de altura, que habían hecho negociados raros en el cual se cambiaba una foto con una grulla en la cima del Pan de Azúcar a cambio de dos esclavos peruanos.
Igual estaba muy drogado con Guaraná y no me afectó el enterarme de la noticia.
jajajaja
los escalvos se me escapan para ir a bailar a machu pichu
Soñé con tigo. Tocabas timbre en mi casa durante unos cuantos minutos. Cuando bajaba a abrirte nos íbamos a un parque lleno de gente, y hablábamos de Diane Denoir.
andá a saber si fue un sueño o una pesadilla
Publicar un comentario